sábado, 5 de junio de 2010

CAPITULO 1: Primer Día

Me levante de un salto al oír el ruido del despertador. Eran las 6:30 del lunes 3 de marzo. Hoy empezaba las clases en una nueva escuela, en una nueva ciudad, todo nuevo. Y todo gracias al grandioso trabajo de mi papa, que más o menos cada tres años lo mandan a otro lugar totalmente distinto al que anteriormente estabas.

Fui al baño, tome una ducha para relajarme ya que estaba muy tensa por los nervios. Me lave los dientes, me cambie, me peine, y baje las escaleras de mi nueva casa, a desayunar.

En la cocina me encontré a Esmeralda, mi mamá preparando el desayuno. Supuse que mi papá, -que por cierto se llama Camilo- ya se había ido al trabajo.

-Buenos días Bren- me saludó mi madre.

-Hola ma- le respondí, dándole un beso en la mejilla.

-¿Cómo dormiste?- dijo con una voz dulce, pero a la vez preocupada.

-Más o menos, estoy un poco nerviosa- ella se rió y me dio el desayuno que tanto esperaba, una chocolatada con pan con manteca y dulce—estaba realmente nerviosa por el nuevo día que me esperaba. Y creo que mis nervios tranquilamente se los transmitía mi mamá, ya que ella estaba tan nerviosa como yo.

-No lo estés, ya vas a ver que todo va a salir bien y te vas a hacer muchas amiga rápido- tratando de tranquilizarme. De todas maneras no tenía que estar tan ansiosa porque me acepten ya que siempre tuve el carisma suficiente para ganarme el afecto de todos.

Terminé de comer, subí a buscar mi mochila. Me senté en mi cama y me puse a pensar… no conocía a nadie, no sabía si me aceptarían o no. Era ya la tercera vez que me mudaba de lugar, y no sé si esta vez me iría tan bien como las anteriores.

De repente, escuche a mi madre llamándome. Ya era la hora, no sabía qué hacer.

-¡Brenda!, si no salimos ahora, vas a llegar tarde a tu primer día de clases- grito desde abajo.

-¡ya voy ma!- me levante y baje corriendo, con cuidado; no quería ir a un lugar nuevo, lleno de desconocidos con chichón grande en medio de la frente.

Llegue a la puerta, sana y salva, tomé mi campera, celular y billetera, los guardé en mi mochila y salí.

Por suerte el colegio quedaba a 10 cuadras y podía ir caminando. Así que en 10 minutos más o menos ya había llegado.

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